"Cruceros de Roncesvalles", fotografía de D. José Ortiz de Echagüe

lunes, 17 de septiembre de 2012

LA IGLESIA AVANZA COMO AURORA QUE SE LEVANTA


DEL "COMENTARIO AL LIBRO DE JOB" DE SAN GREGORIO MAGNO, PAPA

El primer albor o aurora hace pasar de las tinieblas a la luz; por esto no carece de razón que con el nombre de alba o aurora sea designada toda la Iglesia de los elegidos. En efecto pasa de la noche de la infidelidad a la luz de la fe, a semejanza de la aurora y, después de las tinieblas, se abre al día con el esplandor de la luz más alta.

Por eso bien se lee en el "Cantar de los Cantares": "¿Quién es ésta que se levanta como la aurora?" (Cantar de los Cantares 6, 10). La Santa Iglesia, que aspira a los bienes de la vida eterna, es llamada aurora, por la razón de brillar, mientras deja las tinieblas del pecado, con la luz de la santidad.

Pero todavía tenemos algo más profundo que considerar en la figura del alba y de la aurora. La aurora de hecho (o la primera mañana) anuncia que ha transcurrido la noche, y sin embargo no muestra todavía todo el esplandor del día; pero, mientras se disipa la noche y se acoge el día, conserva la luz entreverada con las tinieblas.

¿Qué es entonces lo que en esta vida aguardamos todos nosotros que seguimos la verdad si no es la aurora o el alba? Pues hacemos algunas obras de la luz, pero en algunas otras obras somos enredados todavía en los residuos de las tinieblas. Por esto mismo el profeta le dice a Dios: "Pues ante ti no se justifica ningún viviente" (Salmo 142, 2). Y todavía está escrito: "Todos delinquimos en muchas cosas." (Santiago 3, 2).

De ahí que San Pablo, después de haber dicho: "La noche va muy avanzada", no haya añadido seguidamente: "El día ha llegado", sino que dice: "y se acerca ya el día" (Rm 13, 12). Quien en efecto afirma que la noche es transcurrida y que el día no ha venido todavía muestra sin duda hallarse todavía en la aurora, es decir después de las tinieblas y antes del sol.

La Santa Iglesia de los elegidos será en pleno día, sin mezcla alguna de la sombra del pecado. Será completamente día, cuando resplandezca de ardor perfecto y de luz interior. Por lo tanto, la aurora también viene presentada como una fase de transición, cuando se dice:  "Y has enseñado su lugar a la aurora" (Job 38, 12). Lo que viene llamado a ocupar un nuevo puesto pasa de una posición a otra. Pero, ¿cuál es el lugar del amanecer, de no ser la perfecta claridad de la visión eterna? Y cuándo sea conducida a este lugar, ¿tendrá la aurora algo de la tiniebla de la noche que pasó?

El lugar hacia el cual tiende el amor es anunciado por el salmista cuando dice: "Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo, ¿cuándo iré y veré la faz de Dios?" (Sal 41, 2).

Hacia este lugar ya conocido se apresuraba el amanecer, lo afirmaba San Pablo cuando decía que tenía el deseo de ser liberado del cuerpo para estar con Cristo. Y añadía: "Que para mí la vida es Cristo, y la muerte, ganancia" (Filipenses 1, 21).




Nota del traductor: 
Siempre que podemos, cuando no vamos con mucha prisa, procuramos que todos los pasajes y versículos que se citan de la Sagrada Biblia no sea nuestra traducción del italiano original, sino que acudimos a la versión directa de las lenguas originales, a cargo de Eloino Nácar Fuster y Alberto Colunga Cueto, O.P.; decimos la famosa "Sagrada Biblia" de Nácar-Colunga, publicada por la Biblioteca de Autores Cristianos. Es la Biblia en español que mayor garantía y seguridad nos ofrece en cuanto a la fidelidad de la traducción y a la fidelidad al Magisterio de la Santa Iglesia. Somos conscientes de la importancia de la palabra y por ello recomendamos que nadie se conforme con cualquier Biblia de las que hay en internet, puesto que muchas son tergiversaciones heréticas o malas traducciones.


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