sábado, 9 de febrero de 2013

RAZONES PARA FORTALECER LA ENSEÑANZA RELIGIOSA



 Autor: Harry Robert Mileham. Cuadro: "El flautista de Hamelin". Año: 1942.

SECTAS Y CONTRA-SECTAS

Las sectas crecen en las modernas sociedades, donde tras décadas agrediendo a la familia -célula de la sociedad- se han ido destruyendo los vínculos familiares: cuando las  células sociales básicas sufren una agresión de tal envergadura se resiente el tejido social, y la misma sociedad languidece y declina. Según el sociólogo Zygmunt Bauman hoy parece prevalecer la "modernidad líquida": con ello alude Bauman a este tipo de sociedad donde la revolución internáutica (las redes sociales, el chat... Y los diversos medios de comunicación internáuticos) han permitido un flujo de información y relaciones interpersonales como nunca se ha podido ver en el pasado, pero donde la mayor parte de las veces estas relaciones se muestran evanescentes y vacías por la desconfianza o la superficialidad, por la falta de contenido real, mostrando a la postre unas relaciones cuya mejor metáfora tal vez sería la sugerida por Bauman: lo "líquido" (virtual) frente a lo "sólido" (real). Tanto en el ámbito virtual como en el real, las sociedades occidentales, instaladas en un relativismo que impregna todos los órdenes, asisten al despliegue de todo un supermercado pseudo-religioso (New Age y otros fenómenos son sucedáneos espiritualoides). En este relativismo prosperan y proliferan los estafadores, los alucinados y los delincuentes pseudo-espirituales: las sectas. Y es que, contra lo que afirman los ateos y promueven los laicistas, muy a su pesar -si tuvieran inteligencia- ateos y laicistas tendrían que reconocer que la anulación de la religiosidad humana es imposible, por más que lo intenten con sus campañas propagandísticas o sus leyes inicuas que marginan, discriminan y pugnan por conducir a las catucumbas a los más diversos credos cristianos: sobre todo, asestando golpes mediáticos o físicos contra los ortodoxos y nosotros los católicos romanos.

Por mucho que se empeñen, en todo ser humano alentará siempre el anhelo de religiosidad. Si los canales a la religión tradicional de un país son obturados, las personas buscarán en otras partes. Y cuando eso ocurre, cuando los adolescentes y jóvenes (también afecta a los adultos) no pueden entroncar con su tradición religiosa, los adolescentes y jóvenes se convierten en fáciles presas de sectas destructivas, lideradas en tantos y tantos casos por siniestros personajes con perfil psicópata. Estos adolescentes y jóvenes, en sociedades así, como la nuestra, son captados por sectas y, una vez que caen en la trampa, experimentan una degradación de su dignidad humana: los "sectarizados" pierden su personalidad, son apartados de sus ámbitos familiar y social y son explotados laboral o sexualmente por los líderes de estas asociaciones de malhechores. En todo gurú sectario hay un peligroso flautista de Hamelin, psicópata y manipulador.

Oleg Vladimirovich Zaev, Director del Centro para la lucha contra organizaciones sectarias de Novosibirsk


Así ha pasado y está pasando en muchos lugares del planeta. Recientemente ha sido en Rusia donde se ha procesado a un líder sectario -Konstantin Rudnev- que fundó el "Ashram Shambala" en 1989, captando miles y miles de jóvenes, a los que sometía a prácticas aberrantes, abusando de ellos sexualmente y atentando contra los derechos de los miembros de su organización criminal. La Justicia rusa ha actuado con rigor. Pero lo que más nos ha impresionado de la noticia (que puede leerse aquí) es la magnífica conclusión que extraía de toda esta triste historia Oleg Vladimirovich Zaev, director del Centro para la lucha contra organizaciones sectarias de Novosibirsk, que propone enmendar y mejorar la legislación que aplaque esta lacra tan perjudicial y a la vez, desde las escuelas, se fortalezca y mejore la enseñanza religiosa:

"Por una parte, hay que mejorar el nivel de la educación de los ciudadanos en asuntos religiosos y, entre otras cosas, incluir clases de religión en las escuelas. Al mismo tiempo, hay que dar a conocer a la población las principales técnicas que utilizan los estafadores en el ámbito religioso y psicológico” -afirma Zaev.

Esta que aporta Oleg Zaev es una razón poderosa para defender la Enseñanza Religiosa Católica en España y no esas melífluas pamplinas que algunos tratan de argumentar (véase, aunque puede espantar por la ineficaz inanidad y la concesión a los tópicos más vanos, este decálogo que han publicado recientemente los delegados de Educación de las Diócesis de Euskadi: esas son las razones para "animar" a la inscripción de los niños en Enseñanza Religiosa: ¿qué padre o madre se dejaría convencer por esas vaguedades?). 

Pero, claro: por supuesto, ni que decir tiene que la Enseñanza Religiosa Católica -que tanto bien puede hacer- requiere, para este cometido social (de interés general) un cuerpo profesoral previamente formado en el conocimiento de esos llamados "movimientos de nueva espiritualidad" (o sea: sectas), tan peligrosos para nuestros jóvenes y para nuestra sociedad, así como saber el "modus operandi" de estas organizaciones nefastas.

Las sectas son venenos de una ciénaga que crece cuando no se tienen las ideas claras desde el poder político y se ha bajado la guardia desde la religión tradicional, que tiene que salir del rincón al que la han llevado sus enemigos. Y en este asunto de combatir a las sectas desde la enseñanza cualquier persona con un mínimo de inteligencia, aunque no sea católico, estará de acuerdo. La mejor forma de proteger a nuestros adolescentes y jóvenes de estas organizaciones delictivas y destructivas es una buena educación religiosa y leyes que impidan que personajes execrables puedan actuar haciendo prosélitos para sus organizaciones, ámbitos en los que impunemente cometen abusos intolerables contra las personas.

Pero, en España, como es la costumbre, se preferirá seguir soplando la gaita, por parte de los católicos acomplejados y pusilánimes... Y los políticos españoles -cuya formación cultural tanto deja que desear- optarán por la "libertad religiosa", sin saber definir a ciencia cierta lo que es una "religión", sin preocuparse por distinguir una religión de una organización criminal que opera bajo cobertura pseudo-espiritual (esto es: secta).

UNA EDUCACIÓN RELIGIOSA PRESERVA A LA JUVENTUD, PROTEGIÉNDOLA DE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS

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