Monseigneur Charles Gibier, Obispo de Versalles |
Obedeceréis al Papa como a un jefe y le amaréis como a un padre.
El libertador de Irlanda, O'Connell, quiso morir en Roma. Detúvole la enfermedad en Génova, y en sus últimas disposiciones dejó su cuerpo a Irlanda, su corazón a Roma y su alma al cielo. ¡Su corazón a Roma! Efectivamente, hacia este punto deben volverse los afectos de un cristiano. Amar al Papa como se ama a un padre.
Obedeced al Papa como se obedece a un jefe. ¿Por ventura no creeis que todos los enemigos de la Iglesia pegan en la cabeza para destruir el cuerpo, que el Papa los molesta, que quisieran despopularizarlo y suprimirlo? La conducta de los impíos nos dicta la nuestra. El Papa se muestra cabeza espiritual. Cuanto más combatido es, más debemos apretarnos en torno suyo y acoger con respeto sus órdenes, sus consejos y todos los ecos de su voz.
"Conferencias apologéticas. Objeciones contemporáneas contra la Iglesia" Volumen I, Monseñor Carlos Gibier, Obispo de Versalles. Traducción de la vigésima edición francesa por el Doctor Modesto H. Villaescusa. Editorial Litúrgica Española, S. A., Barcelona, año 1926.
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