LA ISLA DE SICILIA EN 1619
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San Francisco de Paula |
La Isla de Sicilia en el mar Mediterráneo, llamada de los antiguos navegantes Isla Verde, es entre las de aquel mar la Reina, así por que las excede mucho en grandeza, (boja de circuito doscientas y ocho leguas) como por ser abundantísima de todos frutos, principalmente de trigo, cebada, vino, azúcar, miel, azafrán, y seda; en todo lo demás que cría Italia no le es inferior: tiene tres Arzobispados, y seis Obispos: en la antigüedad tuvo opulentas y populosas ciudades, de Siracusa (hoy Zaragoza), se dice tenía catorce leguas de circuito, Agrigento cuatro, y moraban en ella ochocientos mil hombres, en tiempo que Dionisio el Mayor no era Tirano, ni cruel, sustentaba diez mil infantes de su guarda, diez mil caballos y cuatrocientos bajeles armados. Tynacria llamaron los antiguos la Isla de Sicilia, por ser de forma triangular, y por sus tres insignes Promontorios, el Peloro, cerca de Mesina, que mira a Italia; el Pachino, a la Grecia; y el Lylibeo, contra la África. Dividen otros la Isla entre valles, que llaman Valdemona, Noto, Mazara, este produce trigo en mayor abundancia que los otros dos. Los puertos de mar de Sicilia son los más famosos, el de Mesina, hecho de la misma naturaleza: el de Palermo, por el Arte, con su muelle tan admirable, que no envidia las grandezas de Roma: el de Marsala, llamado de los antiguos Lylibeo, segurísimo, y sobremanera abundante de pesca.
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La milagrosa travesía del Estrecho de Mesina: sobre su manto, San Francisco de Paula y sus compañeros |
En esta Isla, por ser tan fértil, y vecina de Calabria (que antiguamente, se dice, fue todo tierra firme y continente, hasta que rompió furiosamente el mar Mediterráneo, por la parte del Estrecho, o Faro de Mesina) quiso el glorioso Padre San Francisco de Paula dar el primero ensancho a su Religión: es la gente piadosísima, muy dada a todo género de veneración y culto de las cosas espirituales. Resuelto el santo varón, por los años de 1494 pasó a la Isla, atravesando el Faro, con el rarísimo milagro, de hacer navío seguro y firme de su manto, sobre quien con sus dos compañeros se puso en ella. Increíble fue la devoción con que los Sicilianos recibieron en su tierra al nuevo Elías Francisco, de quien tan maravillosas cosas siempre oían, acerca de los milagros que Nuestro Señor obraba por su siervo, y de su penitencia y rigurosa vida, principalemente cuando vieron unos, y supieron todos aquella grande maravilla, con que la santidad deste gran siervo de Dios rindió las aguas, donde más inexorables las tiene Dios encerradas en el peligroso estrecho de Mesina. Manifiestóse bien esta devoción en Sicilia, en los muchos y maravillosos conventos que en poco tiempo goza la Religión en ella.
Hoy tenemos dos Provincias, no menos graves que antiguas. Una, con nombre de Mesina, que fue la primera, es de las mejores de la Religión. La otra, con nombre de Palermo, a ninguna inferior, como iremos viendo en el discurso de entrambas.
En el último Capítulo General, celebrado en Roma, día del Espíritu Santo de 161, se dio lugar y antigüedad a esta Provincia entre las de la Religión, la tercera, conforme a sus derechos, y fundaciones antiguas.
PROVINCIA DE MESINA, DE LA ORDEN MÍNIMA DE SAN FRANCISCO DE PAULA
CONVENTO DE MILAZO, AÑO DE 1464
La Provincia de Mesina, en la Isla, es una de las mejores de la Religión, así en número y antigüedad de conventos, como en haber criado siempre varones insignes en santidad; su primero y más principal (por ser fundación de nuestro Padre San Francisco de Paula) es el de la ciudad de Milazo; tiene sus principios desde los once de Enero, del año del Señor de 1464, cuando nuestro Padre glorioso tenía ya casi cincuenta años de edad. Edificados algunos conventos en Calabria, determinándose fundar en las Islas de Sicilia, pasó (como ya decíamos) el Faro sobre su manto, vino a desembarcar en la ciudad de Milazo, Diócesis de Mesina, distante del mar un tiro de mano, por la parte de Levante, por la de Poniente, uno de arcabuz. Fueron sin número y espantosos los milagros que el bendito santo hizo en este viaje (de que se hizo ya mención) andábase la gente tras aquel nuevo Elías, viéndole hacer prodigios en la penitencia, oyéndole sus palabras dulces, recibiendo infinitos beneficios y mercedes de nuestro Señor, en todos sus trabajos y menesteres, por los méritos de su siervo San Francisco de Paula; dos compañeros suyos pasaron con él a la Isla, los Beatos fray Paulo de Paterno y fray Juan de San Lucido.
SAN FRANCISCO DE PAULA TRASLADA
MILAGROSAMENTE DOS GRANDES PIEDRAS
Albergaron los ciudadanos de Milazo a los tres santos varones, y en medio del burgo, o arrabal de la ciudad les dieron sitio competente para edificar conventos; comenzóle a erigir el santo, con título de Jesús María: entre otros maravillosos efectos que la Majestad de Dios obró por los merecimientos de este gran siervo suyo, admira hoy, y siempre causó espanto a los que le consideran, que habiéndose de poner dos piedras de grande peso y tamaño a la puerta de la Iglesia, que ninguna de ellas podían rodear veinte hombres, el santo Padre las trajo con tanta facilidad como si fueran dos ligeras tablas, y las puso en el lugar que hoy están. No paró aquí el milagro, sino que en trofeo y testimonio suyo, sucede cada día a muchos devotos que le oyen contar, querer sacar alguna partecilla de estas piedras, por reliquias, mas de ninguna manera han podido cavar, ni un mínimo terroncillo: cosa maravillosa y digna de consideración, que no haya querido nuestro Señor dar lugar a que padezca detrimento aquella portada de la Iglesia de su siervo, pues a no haber sucedido tantas veces este milagro de no las poder cavar, ni desmoronar, ya estuvieran repartidas por toda la tierra; tanta es la devoción que con las cosas de este bendito santo se tiene en ella.
RELIQUIAS DE SAN FRANCISCO DE PAULA
QUE SE CONSERVABAN EN EL CONVENTO DE MILAZO
Otras reliquias de nuestro Padre tiene este convento, un bonetillo de lana, que solía traer, un pañizuelo de estameña blanca gruesa, que traía en la manga.
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Levitación de San Francisco de Paula, según Rubens |
SE EXCAVA UN POZO QUE DARÁ AGUA DULCE
HASTA QUE -SEGÚN PROFETIZA SAN FRANCISCO-
LOS FRAILES TERMINEN LA CISTERNA:
LAS AGUAS GOZARÁN DE PROPIEDADES SALUTÍFERAS
Hoy se ve una grande maravilla en este convento, que para siempre testifica el grande espíritu de profecía de este gran santo. A los principios del edificio carecía el convento de agua dulce, por la cercanía del mar, mandó cavar un pozo y cuando se halló el agua, dijo: "Sea bendito el Señor, que nos ha proveído de agua dulce; mas advertid, hijos, que lo será el tiempo que hay desde hoy, hasta el día en que esta nuestra casa habrá hecho una cisterna, en que se recojan las aguas del Cielo, para el sustento y servicio de ella, entonces este pozo dará sus aguas salobres, como las había de dar, según su naturaleza". Después de fabricado el convento, pasados más de catorce años, en que el agua de este pozo era dulcísima, luego que se hizo la cisterna que hoy tiene, y se comenzaron a beber sus aguas, tornaron a ser saladas las del pozo, mas no del todo desaprovechadas, porque habiendo servido tantos años al sustento de la bebida, desde que no aprovecharon para eso, comenzaron a ser milagrosas, en dar la salud a muchas enfermedades para que se aplican. Tan glorioso es Dios en sus santos, que da lo que le piden con mayor largueza y abundancia que se desea.
SAN FRANCISCO DE PAULA SE APARECE
EN CUERPO GLORIOSO EL AÑO 1574
Testifican muchas personas de gran fe, así de los Religiosos, como de los seglares de Milazo, que muchas veces se les ha aparecido Nuestro Padre Glorioso en sus trabajos y tribulaciones, favoreciéndoles con evidentes milagros, por ser muchos y en materias ordinarias de enfermedades y naufragios, no los pongo, contentándome con la insinuación de los de este jaez, pues hago profesión en esta Crónica, de no poner sino los más insignes y extraordinarios. No dejaré en silencio uno, que fue notable. Tenía Estéfano Nonelo, vecino de Milazo, grandes deseos de tener hijos, hizo voto al bendito Padre San Francisco de Paula, que si nuestro Señor le daba un varón, se le ofrecería a su Orden: complióselos Dios, y parió su mujer un hijo: con el discurso del tiempo creció este niño, y a los tres años de su edad cautivaron los Turcos un tío suyo, y le llevaron a Constantinopla, donde estuvo cautivo cuatro años; al fin de ellos, cuando el niño tenía ya siete, estábase de ordinario en el convento entre los Religiosos, un día de ellos reposando, entróse en la iglesia, y al punto vio un Religioso grave en el aspecto, con su barba entre cana, descalzos los pies, y un báculo en la mano. Pensando que fuese algún Padre que venía de fuera, díjole el niño: "Benedicite", como solía decirlo a todos los Padres: y preguntóle de dónde venía. Respondió el santo que de Mesina. "Y vos Padre, ¿sabéis de mi tío si vendrá tan presto?". Díjole el glorioso Padre, que el día de San Marcos vendría: (llamábase así el cautivo), dicho esto, desapareció en santo varón, y el niño se entró, y contó esto a los Padres. Supose luego en la ciudad y esperando el suceso, se halló sin trabajo alguno del camino el Marcos en Milazo, el día de San Marcos. Creció este niño, y recibió nuestro hábito, hoy es vivo, y se llama fray Domingo de Milazo, Religioso de santa vida y de quién yo tuve relación de este suceso, que pasó el año 1574.
LA CAMPANA QUE APLACABA LAS TEMPESTADES
Una campana tiene este convento, que se vació de gran cantidad de metal, que el Rey don Fernando de Nápoles dio a nuestro Padre, cuando confiscó aquella suma sin número de moneda falsa, que corría por su Reino. Es tanta la devoción que con ella tiene toda la tierra, por haberla Nuestro Padre mandado fundir, que respondiendo nuestro Señor a esto, hace cada día muchos milagros, en ocasión que los atunes, ballenas y otras bestias marinas dan señal de que quiere venir tormenta, porque luego que los pescadores y otra gente lo ven, van a tocar esta campana, y cesa la tempestad, sin daño de los bajeles que están por el Faro.
DOCTOS VARONES DEL CONVENTO DE JESÚS MARÍA DE MILAZO
Residen en este convento de ordinario dos docenas de Religiosos: es Cabeza de la Provincia en su antigüedad y se lee en las Artes y Teología. Entre otros varones doctos, lo fue mucho el Padre fray Egidio Moncurcio, Siciliano, natural de Claremonte, que escribió un libro curioso, cuyo título es "Typus scientiarum", impreso en París, año de 1591.
Continuará.