Ha llegado el gran día y como los buscadores de Oriente, guiados por la estrella, hemos llegado a Él, el que se ha manifestado a nuestra ceguera cual Rey de Reyes, regenerándonos en el espíritu, redimidos por su sangre.
¿Cuántos, entre los potentados de la tierra, lo recibirán, honrándolo en las instituciones, acogiéndolo en la sociedad, como sol que resplandece en las tinieblas? ¿Cuántos lo adorarán, traspasando el umbral de este acontecimiento para recibir las bendiciones? ¿Cuántos lo honrarán en los altares de la Cristiandad y con las obras en defensa de los valores no negociables?
El hombre del siglo XXI, vuelve las espaldas a Herodes, porque ésta Epifanía es una razón para volver a la "historia usual". La misma estrella, alta y resplandeciente, que todavía hoy domina los santuarios del mundo, alumbra al caminante en la búsqueda, así como alumbró a los Magos para llegar a Belén en la noche, para adorar y glorificar al Señor.
Francesca Bonadonna
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