Chenonceaux, una de las joyas del Valle del Loira, en Francia, fue construido entre 1515 y 1522 sobre los cimientos de una antigua aceña sobre el río Cher, afluente del Loira.
¡La impresión que el castillo de Chenonceaux suscita, a primera vista, es de entusiasmo! ¿Cuál es la causa de esta sensación? Supongamos que se tratase de un castillo construido sobre la tierra firme y que, en vez de tenderse sobre un río, para llegar a él tuviéramos que recorrer un camino banal, polvoriento por estar transitado por carrozas, automóviles, etcétera. ¿No es la pura verdad que el castillo perdería por lo menos el cincuenta por ciento de su encanto? Todo esto explica por qué su constructor ideó el conjunto arquitectónico de guisa tal que suscitara una sensación embriagadora. Fue una obra basada sobre el principio siguiente: todas las cosas que se reflejan en el agua ganan en belleza. De hecho, se prueba una sensación paradisíaca en el ver el agua del río fluir plácidamente, acentuada por el azul del cielo, y el castillo que, reflejándose en las aguas, reproduce su imagen sobre ellas. Como se puede observar, la mayor belleza del castillo consiste en haber concretizado esta idea originalísima de construir una parte sobre un puente. Y de tal modo ha sido realizado el diseño que, así diré, el castillo semejase un cisne sobre el agua. Es propiamente un castillo-cisne. Fluctúa sobre el agua como si fuere una fantasía, una cosa irreal, ¡un sueño!
Por otra parte, se puede observar, cuánta armonía ha sido puesta en esta portentosa obra de arquitectura, típica del espíritu francés.
El castillo está construido
sobre tres elementos distintos. El primero es el puente con sus arcos, sobre el
cual está construida el ala más ligera del edificio. El segundo elemento es el
cuerpo central del castillo. Y, por último, a la izquierda una torre –que debe
ser así como el residuo de una vieja fortaleza medieval: sólida, maciza, grande
y que suscita una profunda sensación de estabilidad.
(Plinio Corrêa de Oliveira – “Catolicismo”, Marzo 2001)
Publicado en Circolo Culturale Plinio Corrêa de Oliveira
No hay comentarios:
Publicar un comentario